Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Pedro 3, 9-17

9 No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como
algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo
que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.

10 El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos,
con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados,
se
disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.

11 Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene
que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad,

12 esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los
cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán?

13 Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y
nueva tierra, en lo que habite la justicia.

14 Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos,
esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha.

15 La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo
escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le
fue otorgada.

16 Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de
esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y


los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras -
para su propia perdición.

17 Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no
sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis
derribados de
vuestra firme postura.